domingo, 12 de abril de 2009

Recursividades.

Son las diez y media de la noche del domingo de Pascuas. Con un poco de licor, algunos cigarrillos y escuchando Carmen de Bizet por María Callas, me dispongo a intentar otra entrada en este espacio, cuyo nombre en español bien podría ser cuaderno (virtual) de bitácora.
Y digo que me dispongo a intentar otra entrada porque ya varias veces he procurado escribir alguna que otra tontería, pero nunca me ha gustado el resultado. De allí la poca vida de este blog.
Y es que no hay caso, no le pesco la vuelta. ¿Para que sirve un blog?
Me han dicho que preguntarse eso es como preguntar para qué sirve un auto. Puede ser para correr carreras, para presumir por su alto costo, para trabajar, para trasladarse de un lado a otro, depende de lo que uno quiera hacer. Pero no hay caso. Sucede que tampoco tengo auto.
Dígame, mi querido/a e hipotético/a lector/a, ¿qué tienen en común la moderación, las películas de Hollywood, la comida dietética, salir de shopping, vestir a la moda, mirar televisión, los libros de autoayuda, las salidas de sábado por la noche y mantener un blog?
Acertó mi querido/a e hipotético/a. Esas cosas no son para mí. No digo que estén ni mal ni bien. Es como que a un cóndor le digan que el aire de mar es sano. Puede que sea, pero no es para uno ¿vió?
Pero el caso es que ya tengo un blog. y de mí se dirán muchas cosas, excepto que no lo intenté. Así que allá voy.
Una vez leí una frase muy linda que me parece que viene justo parafrasear.
"Para saber mantener un blog antes hay que saber mantener un blog."
Así que, en principio, usaré este blog para escribir acerca de este blog.
¿Vió la foto? ¿Qué pensó? ¿Que Abrujandra está casada con Santiago Segura? ¿O con el mismo José Luis Torrente? No diga pavadas, mi querido/a. Usted la ha leído (no puede haber llegado aquí más que a través del blog de ella). ¿Entonces?
Al que le gusta es a mí. Y no se confunda de nuevo. Tengo completamente asumida la faceta homosexual de mi personalidad pero S. Segura no es mi tipo. Me gusta Torrente. Me gusta el personaje. ¿Vió la primera de sus películas? El tipo (me refiero al personaje) es inescrupuloso, tramposo, sucio, machista, baboso, interesado, manipulador, asqueroso... y sincero. Muy sincero. No oculta ninguna de las cualidades que lo adornan. No pretende pasar por un desinteresado modelo de las más altas cualidades de la condición humana. Es un canalla y no lo esconde. Y eso me parece magnífico. ¿A usted no?
Piénselo un momento. ¿Cuántas veces en su vida, mi querido/a e hipotético/a, se ha cruzado usted con gente de lo más engañadora? ¿Cuántas decepciones ha sufrido por eso? Torrente nunca lo decepcionará. Usted sabrá, desde el principio, delante de quien se encuentra. Y se ahorrará disgustos.
Y ya en plan de seguir bebiendo licor y de hacer confesiones al vacío, le cuento algo. Pero esperemé que cambio la música.
Listo. Gracias por la paciencia. Aproveché la volada para servirme otro vasito (¿Notó cuántos borrachos nos referimos al continente de nuestros bebestibles usando diminutivos?). La música, ahora, está a cargo de La Renga.
Bueno... ahí va mi confesión (que también es consejo no solicitado).
Desde que era muchacho, en aquellas épocas en que aún tenía pelo y esperanzas, adopté una forma de proceder que he mantenido. Es así. Cada vez que me presentan a alguien, en el momento de mentir el consabido "Mucho gusto" pienso siempre, indefectiblemente: "En cuánto tenga oportunidad, esta persona me jode en algo"
Si, si... ya sé, mi querido/a e hipotético/a, piensa usted que no se puede pensar así , que eso hace que viva uno amargado... espere... dejemé que termine de explicarle.
Pienso eso asociado al proceder de algunos y algunas congéneres y sin por ello alterar mi manera de actuar. El resultado es que, cuando pasado el tiempo, me encuentro con que que esa persona no me jodió, me alegro mucho. Y en cambio, si lo hizo, no me amargo porque ya medio me lo esperaba. Si procediera al revés, confiando por principio, los resultados también serían al revés.
A mí me ha dado un resultado fantástico. Si le parece, pruebe. Le aviso que eso de no permitir que ese pensamiento afecte la manera de proceder de uno es medio difícil de lograr, pero se hace. Y los resultados bien valen el esfuerzo.
Bueno mi querido/a e hipotético/a, me voy a seguir escribiendo.
Ojalá que no mezquine usted recursos para ser feliz.
Intentarlo, nomás, ya justifica el esfuerzo.
Ya nos encontraremos, si es que la parca no decide nada en contrario.